lunes, 13 de junio de 2016

TRABAJO DEL FOTOGRAFO (INDIVIDUAL)

MARTIN CHMABI
1.¿QUIÉN ES MARTÍN CHAMBI?
Martín Chambi de origen campesino, fue un fotógrafo indígena  que proviene de los Andes Peruanos, de un pueblo llamado Coaza, distrito de Carabaya cercano al lago Titikaka en el departamento de Puno. Nace el 5 de noviembre del año 1891.
Está considerado como pionero de la fotografía de retrato.2 Reconocido por sus fotos de profundo testimonio biológico y étnico, ha retratado profundamente a la población peruana, tanto a los indígenas como a la población en general.
2.CONOCIENDO MÁS A CHAMBI...
Martín Chambi nace en una familia de campesinos quechuahablantes a finales del siglo XIX. En su condición de indio y desheredado, la pobreza y la muerte del cabeza de familia hace emigrar al joven Martín Chambi, con sólo catorce años, a buscar trabajo en las multinacionales que explotan las minas de oro de Carabaya en la selva a orillas del río Inambari.
Luego de su primer contacto con la fotografía en la mina de oro donde trabajaba su padre, la Santo Domingo Mining Company, viaja a Arequipa donde aprende el oficio de su maestro y guía  Don Max T. Vargas, luego del aprendizaje y práctica en los talleres del Portal de Flores de la Plaza de Armas, finaliza su estadía en Arequipa exponiendo, gracias al patrocinio de su maestro en el Centro Artístico de aquella ciudad el 12 de octubre de 1917.En los siguientes meses viaja acompañado de su esposa Manuela López Visa y sus hijos Celia y Víctor a la ciudad de Sicuani donde instala su propio y primer Estudio y taller. Sicuani, capital de la provincia de Canchis, es un lugar  próspero en ese entonces por el desarrollo en la explotación de las lanas de alpaca y llama y su industrialización textil; durante su permanencia allí nace su única hija fotógrafa Julia Chambi.
Se establece profesionalmente y luego decide trasladarse al Cusco, ciudad a la que llega en 1920 atraído por su esplendor e historia, es en esta ciudad en la que desarrolla su trabajo más importante y deslumbrante hasta su muerte. Es aquí también donde nacen sus hijos Angélica, Manuel y Mery y es desde el Cusco que logra dimensión nacional e internacional por su trabajo.
En vida y en persona, expone en diversas Salas y Galerías de Lima y Arequipa, también muestra sus obras en La Paz, Bolivia en 1925 y en Santiago de Chile en 1936.
Es interesante mencionar su paso como reportero gráfico, por el Diario peruano La Crónica y las revistas Variedades y Mundial y finalmente por La Nación de Buenos Aires durante los años de 1918 a 1930. También publica su obra fotográfica en la revista norteamericana National Geographic en febrero de 1938.
3.SU FOTOGRAFÍA
Martín Chambi revela el universo cotidiano y mágico de la cultura andina entregándole al mundo su secreto más íntimo, a través de su archivo fotográfico que contiene cerca de 30,000 negativos, entre placas de vidrio, las cuales tienen diversos formatos: desde las más grandes de 18 x 24 cm. pasando por las de 13 x 18 cm., 10 x 15 cm; hasta las más pequeñas de 9 x 12 cm. y películas flexibles, rollos de 120 y de 35 mm. material que se encuentra en perfecto estado de conservación en  la ciudad del Cusco.
El archivo cuenta felizmente con la protección y cuidado de sus herederos, en especial por su hija Julia, lamentablemente fallecida en el año 2003, a la que  deja su Archivo en su lecho de muerte el 13 de septiembre de 1973, confesándole que le entrega una mina la cual ella sabrá explotar.
Las tomas famosas en las que capta instantes cruciales de la vida moderna de la antigua capital del Tahuantinsuyo (por ejemplo, el primer vuelo aéreo a cargo de Velasco Astete) estarían, más bien, en el punto intermedio de ambas modalidades.
El investigador peruano Jorge Heredia, radicado en Ámsterdam, Holanda, asevera que la obra del fotógrafo ha sido revalorada desde fines de los años 1970 con resultados muy diversos, quizá tan heterogéneos como la naturaleza del mismo legado, cuya densidad, agrega, permite destacar cualquier punto de apoyo para todo tipo de presentación.
Heredia también afirma que el artista puede ser tomado "como un fotógrafo documental al pie de la letra" y también puede "acercársele a cierto formalismo o ser considerado sin más como un llano producto artístico, así como hizo el pictorialismo en su época".
Se dice que tuvo un claro sentido práctico como profesional de la imagen. Esto lo indican especialistas en la materia como el cineasta José Carlos Huayhuaca, autor del libro "Martín Chambi, fotógrafo", quien sentencia que éste era un hombre "con los pies en la tierra", aunque no al punto de hacer cosas por razones monetarias, pues de lo contrario se hubiese quedado en Arequipa, donde tenía más posibilidades que en el Cuzco. Una de las etapas de su vida pocas veces mencionada en detalle ha sido su labor de reportero gráfico para el diario "La Crónica" y la revista "Variedades" (1920-1927), publicaciones peruanas que ilustraron muchas de sus páginas durante el oncenio de Augusto B. Leguía y Salcedo con fotografías inéditas de Chambi, todas ellas muy sugestivas, nítidas y perfectamente concebidas.
Acontecimientos, curiosidades, hechos singulares, noticias en suma, era lo que el lente puneño, adoptado por el Cuzco, reveló en el trabajo diario, y no sólo para la capital limeña, sino también para la ciudad cosmopolita de Buenos Aires, donde colaboró en el diario "La Nación".
Y es que su obra trasciende preocupaciones personales y llega a calar a fondo en el alma colectiva del pueblo. En su caso, el arte fotográfico no deviene verticalmente de parámetros indigenistas, como podría creerse, aunque aquel estímulo de reivindicación lo ayudó a tomar conciencia de su identidad cultural, sino que se enriquece verdaderamente de sí mismo, como artista que fue en el esfuerzo por captar lo singular de cada persona, situación o paisaje.
Tras disfrutar en vida del reconocimiento de la crítica, de la prensa y del público, sufrió un decaimiento de su salud y quizá también de su obra. Pese a ello, en 1958, al celebrar sus bodas de oro como profesional, su figura se renovó e incluso recobró presencia en los medios de comunicación en entrevistas y reportajes. Parte importante del archivo Chambi, estuvo bajo el cuidado de su hija Julia, y hasta el fallecimiento de ésta el 15 de octubre de 2006, ha viajado por distintos países de Latinoamérica. La iniciativa de observar las reproducciones partió de las mismas instituciones y asociaciones extranjeras, como el Colectivo de fotógrafos de Uruguay; el Museo San Martín de Argentina; el Palacio de Bellas Artes de Chile y los Amigos de la Fotografía de São Paulo, Brasil.
El archivo cuyas placas se conservan bien por el clima seco del Cuzco y la atención de la familia, debería contar de todas formas con una inmejorable infraestructura que proteja el valioso material.
A pesar de sus declaraciones anteriores, el nieto del artista, reconoce, sin embargo, la necesidad de una sistematización digital del trabajo, para que así ya no se manipulen directamente las placas o las fotos.
Sólo después de su muerte, acaecida en 1973, su obra ha vuelto a ser estudiada, apreciada y admirada por todo el mundo, a partir de exposiciones internacionales, como la que se realizó a mediados de la década de los años 1990 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, España, o la más reciente, en noviembre de 2001, en París, Francia, en los sobrios ambientes del Instituto Cervantes.
Quedan en la memoria fotos notables como Víctor Mendívil con un campesino de Paruro (1932), Organista en la capilla de Tinta (1936), Orquesta de la familia Echave (Cuzco, 1931), así como la titulada Chicha y sapo, costumbres cusqueñas (1930), entre otras tomas.
Es necesario mencionar que, no obstante el esfuerzo del propio fotógrafo por difundir su obra (exposiciones en el interior, en Lima y fuera del país así lo comprueban), ésta no logró quedar en la memoria de los hombres y mujeres de su país sino hasta hace pocos años, en que recién el nombre de Martín Chambi nos dice tanto como sus impresionantes imágenes.
Redescubrir la obra de Martín Chambi en cada mirada, dimensionándola en el contexto del lenguaje fotográfico, es como para un arqueólogo descifrar los misterios del Señor de Sipán o del complejo arqueológico de el Brujo. Martín Chambi es el primer fotógrafo de sangre indígena que retrató a su propio  pueblo con altivez y dignidad. Sus retratos recuerdan los que en igual período, años 30, registró August Sander en Alemania, curiosamente también hijo de un minero y deslumbrado por la fotografía que trajo un visitante a su pueblo.
Pero si los retratados por Sander lucen abominables en la dureza de sus rostros que anuncian la demencia del nazismo cercano, los rostros fotografiados por Martín Chambi reflejan la dignidad de un pueblo refugiado en sí mismo, incómodo en las  impuestas vestimentas, sometido, pero nunca humillado.
Un hecho importante sucede en 1977, el fotógrafo y antropólogo norteamericano Edward Ranney gestiona junto con Víctor Chambi la venida desde los Estados Unidos de un grupo de cooperantes de la fundación EarthWatch, quienes catalogan y positivan alrededor de 6,000 placas de vidrio. Realmente valioso el aporte, pues es a partir de allí que se difunde internacionalmente la obra fotográfica, llegando al MOMA de Nueva York en 1979.
La obra de Martín Chambi adquiere mayor significación a medida que el estudio  sobre ella se extiende y profundiza en muchos lugares del mundo. A su valor intrínseco, se van agregando los efectos benéficos que su presencia provoca en las sociedades en la que es mostrada.
Diversas instituciones y personajes se han interesado por investigar su obra, y muchas celebridades han escrito sobre ello. Centenares de textos, artículos, y catálogos se han publicado. Mas de un ciento de exposiciones se han presentado sobre su obra  desde aquella del Centro Artístico de Arequipa y recorriendo el mundo hasta nuestros días iniciales del tercer milenio.
Un altísimo nivel técnico, un magistral manejo de la luz y una mirada excepcional caracterizan e este creador y fotógrafo clásico que bien podría llamársele como uno de los PERUANOS MÁS UNIVERSALES DEL SIGLO XX.
4.FOTOGRAFÍAS DE ESTE ARTISTA.
Es el primer fotógrafo indígena de América Latina, que retrata a su pueblo con altivez y dignidad tal como lo expresa la fotógrafa argentina Sara Facio, “es el primero que mira a su gente con ojos no colonizados”


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